Costos de un servidor: diferencias entre servidores on premise vs en la nube y costes

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Costos de un servidor: diferencias entre servidores on premise vs en la nube y costes
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Qué útil y fascinante es esto de la digitalización, ¿eh?

Ha logrado que nos despidamos de los papeles y de los procesos físicos y digamos hola al ahorro de tiempo y la reducción de errores, posibles gracias a la automatización.

Pues bien: aunque la digitalización elimine el aspecto más físico de los procesos, lo cierto es que también necesita espacio.

¿Dónde se aloja una web?

¿Dónde se ubica una base de datos?

¿Dónde almacenas los correos electrónicos y datos de clientes?

¿Y las herramientas y aplicaciones?

La respuesta está en los servidores, que pueden ser físicos o en la nube.

Los físicos, también conocidos como on premise, son los que controla tu empresa en su totalidad. Un servidor on premise lo tienes en tus instalaciones. Es tuyo y solo tuyo.

Los virtuales te los proporciona un proveedor, que a su vez necesita tener servidores físicos para prestarte el servicio del servidor en la nube.

Parece un poco lioso, pero verás como no.

Vamos a ver un poco más a fondo un tipo y otro: físico y cloud. Analizaremos las diferencias y acabaremos hablando de precios, para resolver la cuestión de a cuánto ascienden los costos de un servidor, aproximadamente.

Venga, que arrancamos.

El servidor físico u on premise

Hablamos de las infraestructuras de servidor hardware que se encuentran en las instalaciones de tu empresa.

Los servidores físicos son de tu propiedad. Los compras una vez, pagas por ellos y ya son tuyos, para que alojes de todo.

Un servidor físico es un ordenador, como el que utilizas cuando trabajas, aunque cuenta con una configuración y características particulares para poder ejercer de servidor.

No tiene mucha historia; en cuanto entremos en las diferencias con el otro tipo, el cloud, verás de qué pie cojea y en qué aspectos es ventajoso.

Tipos de servidores físicos

Pero antes, veamos las distintas opciones de almacenamiento en servidores físicos:

  • Los servidores de torre son sencillitos, tal cual un ordenador de sobremesa de toda la vida. Obviamente, tienen sus limitaciones, por lo que se usan en empresas muy pequeñas.
  • Los servidores rack se montan en armazones en centros de datos. ¿Has visto en alguna peli o serie cuando aparece una sala con un montón de servidores juntos? Pues son del tipo rack, utilizados generalmente por pymes.
  • Los servidores blade son similares a los rack, aunque se montan en carcasas específicas que permiten contar con más capacidad en menos espacio. Son una versión mejorada de los anteriores, empleados por grandes empresas que necesitan un rendimiento muy alto.

Y si quieres más, hay más.

¿Qué servidores, por ejemplo, emplean los gobiernos? Pues los mainframe, con capacidades desmesuradamente grandes.

¿Y qué servidores físicos se blindan ante uno de los grandes riesgos, como es el de perder la continuidad del servicio ante un apagón? Los servidores de alta disponibilidad, que llevan un extra de hardware para evitar las interrupciones.

Y esto solo los físicos; ¿vemos los cloud?

El servidor en la nube

Aquí entra en juego el proveedor.

Sí o sí, un servidor en la nube te lo tiene que proporcionar un tercero. 

Él gestiona sus propias máquinas —para prestarte ese servicio, necesita servidores de almacenamiento físicos, que se ubican en los llamados datacenters—, y tú te conectas a tu servidor en la nube a través de Internet.

Habitualmente, estos servidores se comparten. Es decir, el servidor físico en el que se basa tu servidor en la nube contratado estará siendo utilizado por otros clientes además de tu empresa.

Esto hace que los costos de un servidor así bajen, claro.

Tipos de servidores en la nube

Y de alojamiento en la nube... ¿qué opciones tienes?

  • El servidor en la nube público es el que acabas de leer arriba. El más estándar. Los proveedores te venden el espacio online, que se ubica en una infraestructura física que compartes con otros clientes de tu proveedor.
  • El servidor en la nube privado o dedicado es similar, solo que en este caso la infraestructura física está exclusivamente dedicada a tu empresa.
  • También están los servidores híbridos, que combinan las dos soluciones anteriores: una parte de la infraestructura se comparte, mientras que otra se destina exclusivamente a tu empresa.
  • ¿Y los servidores VPS? El servidor privado virtual, como su propio nombre indica, virtualiza un servidor físico y el proveedor te lo ofrece como privado, pero con un matiz: compartirás el servidor físico con otros clientes, aunque tendrás asignado un uso de recursos independientes en cuanto a CPU, RAM o almacenamiento. 

Y ahora que ya sabes de qué van unos y otros, vamos a lo interesante: las diferencias entre ellos y los costes.

Server Costs ES Brand Design

Diferencias entre servidor físico vs cloud

Hasta ahora solo hemos hablado de cada tipo de servidor por encima.

Suficiente para hacerte una idea de los puntos fuertes y débiles de cada tipo de solución, sí, pero vamos a profundizar en ello.

Ubicación y acceso

Los servidores on premise se encuentran instalados en tu propia empresa.

Los compras, los instalas y los tienes ahí contigo funcionando.

Los servidores en la nube, a efectos prácticos, para ti están accesibles a través de Internet, aunque en realidad las máquinas físicas se encuentran en datacenters.

¿Qué supone tener el servidor «en casa»?

Que lo controlas tú, sí, pero como se vaya la luz y se apague... valga la redundancia: apaga y vámonos. Deja de funcionar y adiós a la operativa.

Por no decir que tendrás que hacerle un espacio físico en la compañía, lo que no siempre es tan sencillo.

¿Y tenerlo en la nube? También corres el riesgo de que la máquina física de tu proveedor se caiga, pero como el proveedor se dedica a eso ya se encarga de evitarlo a toda costa con medidas extremas.

Además, para el acceso al servidor físico se habilita una red local, mientras que puedes acceder al servidor en la nube desde cualquier parte del mundo con una simple conexión a Internet.

Ah, y ¿qué pasa si quieres escalar la solución?

No nos adelantemos, que llegamos enseguida.

Costes del servidor

Sin dar números todavía —llegaremos, descuida—, lo cierto es que aquí los servidores en la nube también quedan como mejor opción.

Piensa en un servidor físico: tendrás que comprarlo, sí, pero también instalarlo. Y adelantándonos un poco, también tendrás que pagar al equipo de IT para que lo gestione.

Porque un servidor on premise implica una gestión propia al 100 %, recuerda.

¿Y el servidor en la nube?

Te das de alta en cuestión de segundos y pagas por uso. De forma recurrente, sí, pero es casi el único gasto al que tienes que hacer frente.

Escalabilidad

Y ahora sí, vamos con una de las diferencias clave: la escalabilidad de las soluciones.

Digamos que tu empresa va como un tiro y no deja de crecer. La plantilla aumenta, los clientes aumentan, la gestión de proveedores aumenta y el volumen de datos que manejáis, también.

De pronto te das cuenta de que no queda espacio en el servidor para seguir operando.

Si tienes un servidor en la nube, solo tienes que aumentar el plan, pagar la diferencia... y a funcionar 💨

Sencillo, sencillo.

¿Y si tu servidor es físico?

Pues tendrás que sustituirlo por otro de mayor capacidad, que también te tocará comprar e instalar, y a ver qué haces con el servidor anterior, insuficiente para esa nueva realidad.

Seguridad y control

Respecto a los ataques a los servidores, ojo.

Ambos tipos —on premise y en la nube— están expuestos a lo mismo; los peligros están ahí.

La diferencia entre unos y otros es que en los servidores físicos, la seguridad depende de tu equipo de IT.

Tiene de bueno que puedes personalizar las medidas según los requisitos de tu empresa, sí, pero debe estar tu equipo interviniendo, lo que no siempre es factible.

La seguridad se relaciona también con el control; si vas monitorizando los intentos de acceso al servidor y ves algo inusual, pues como que es más fácil prevenir los ataques y posterior desastre.

Y esa monitorización... pues vuelta a lo mismo: la va a tener que hacer tu equipo de IT. 

Las soluciones en la nube cuentan con medidas de seguridad avanzadas en la gestión de los datos. Es su pan de cada día, así que deben garantizar la seguridad en el servicio que te están prestando sin que tú tengas que mover un dedo.

Mantenimiento y actualizaciones

Una de las causas más frecuentes que amenazan la seguridad de los servidores es el mantenimiento.

Las actualizaciones.

¿De qué?

Pues de sistemas operativos, de los drivers o controladores, de las aplicaciones del servidor, del hardware, de los certificados SSL, de la base de datos, de las copias de seguridad... ¿seguimos? 

Los servidores en la nube incluyen las actualizaciones y mantenimiento automáticos por defecto en sus planes, mientras que en un servidor on premise... ya sabes lo que hay: toca hacerlo todo a mano.

Disponibilidad de la información

¿Recuerdas lo que decíamos de la accesibilidad?

En un servidor en la nube, toda la información alojada es accesible en cualquier momento y desde cualquier lugar.

No dependes de un dispositivo físico para su consulta, porque toda la info está en la red, accesible mediante conexión a Internet.

Y como los proveedores ya se encargan de evitar las caídas en el servicio con medidas extraordinarias, pues lo dicho: tienes todo disponible 24/7 los 365 días del año, llueva o nieve.

En un servidor físico... pues no 👎

Para acceder en ese caso, tu equipo tendrá que estar conectado necesariamente a la red interna creada.

¿Y si estás de viaje?

Siempre puedes tirar de una conexión VPN, pero ya estás introduciendo un componente más y la seguridad podría verse perjudicada.

Personal de IT capacitado

Ya lo hemos visto en las otras comparativas; el personal especializado que requiere la gestión de los servidores on premise es mucho mayor que en el caso de los cloud.

Casi cualquier persona con poca idea de informática o tecnología podría contratar un servidor en la nube y aprender a gestionarlo con una guía mínima.

Pero pon a alguien a instalar cortafuegos de seguridad personalizados en un servidor propio que almacene la información más valiosa de la empresa.

O ponle a estar atento de las actualizaciones de las bases de datos, y a actualizarlas empleando un lenguaje SQL.

Es inconcebible contar con un servidor físico si no tienes suficiente personal de IT especializado que pueda encargarse de todo lo relacionado, que no es poco.

Costos de un servidor

Venga, que ahora sí que sí que estamos donde más te interesa: los costos de servidores en la nube en comparación con los físicos.

¿Cuánto cuesta un servidor?

Hay una respuesta corta y una larga.

La corta es la que incluye el precio de contratar uno en la nube, que puede ser desde gratuito —sí, hay servidores en la nube gratuitos, lógicamente con poquísimas prestaciones, pero menos gestión de gastos cloud— hasta costar decenas, cientos o miles de euros.

Dependerá de qué plan contrates, claro.

Por ejemplo, AWS, de Amazon, te permite personalizar tu producto y estimar el coste con una calculadora.

En Azure, de Microsoft, también puedes personalizar qué quieres almacenar y, en función de ello, pagar un precio a medida.

En su sección de espacio de almacenamiento de archivos, tienes un coste por GB mínimo de 0,00089 €, o puedes contratar la capacidad reservada en períodos largos de tiempo desde 75 € por un año.

De todos modos es tan solo una guía; lo suyo es que contactes con ellos, les cuentes cómo es tu empresa y qué necesidades tiene... y te propondrán un plan personalizado óptimo, para que pagues solo por lo que necesitas.

Algo que no pasa en los servidores on premise.

¿Cuánto cuesta un servidor físico?

Aquí viene la respuesta larga.

Por un lado tienes el precio del servidor en sí. Teníamos de cuatro tipos. El coste dependerá de las especificaciones —RAM, CPU, etc.—, pero aquí un rango aproximado:

  • De torre: suelen ir desde los 400-500 hasta los pocos miles de euros
  • Rack: la horquilla se amplía desde los 1.000 hasta los 10.000 €
  • Blade: el rango sube desde los 5.000 hasta los 20.000 €

Casi nada, ¿eh? 💸

Pues recuerda que ese es solo el precio de la máquina o infraestructura. 

Hay más gastos TI de servidor asociados.

Todos los valores son, evidentemente, una aproximación. Habrá soluciones tanto más económicas como más caras, pero los rangos pueden ayudarte a que te hagas una ligera idea de los costos de un servidor:

👉 La instalación física puede irse hasta los 5.000 €, mientras que en el servidor cloud la configuración suele incluirse en el servicio.

 

👉 El mantenimiento físico no existe en el servidor en la nube, mientras que en el on premise puede ir desde los 500 a los 3.000 € anuales entre reparaciones, reemplazar piezas o cambiar el hardware.

 

👉 Las licencias de software —seguridad, software de gestión, sistemas operativos...— pueden irse a los varios miles de euros anuales en el servidor físico, mientras que en el cloud estas licencias casi siempre vienen incluidas en el precio del servicio.

 

👉 ¿Y el coste de la electricidad? En el servidor cloud corre a cargo del proveedor, mientras que en una instalación on premise la alimentación de la infraestructura, la refrigeración y el consumo energético puede ascender fácilmente a unos 3.000 € anuales.

 

👉 El equipo de IT tendrá un sueldo —¿20.000 €? ¿50.000 € anuales?— que marcará el gasto en los servidores físicos, mientras que en los cloud no hará falta tanto equipo especializado.

 

👉 La escalabilidad también hay que considerarla; en un servicio cloud se hará el ajuste y se seguirá pagando por lo estrictamente necesario, mientras que en el servidor físico habrá que renovar la máquina e incurrir en los gastos ya mencionados, que serán superiores al tener nuevas necesidades.

 

👉 El hardware habrá que actualizarlo, ¿no? El RAM, los discos duros, la CPU... en un servidor en la nube, se encarga el propio proveedor; en uno físico, la estimación puede irse a los varios miles de euros por actualización.

 

👉 La seguridad física es otro factor importante: entre cámaras de seguridad, los controles de acceso y la redundancia energética para asegurar la continuidad, pueden irse ¿2.000? ¿4.000 € anuales? En un servidor físico, claro; en uno cloud, esos gastos corren a cuenta del proveedor.

 

👉¿Y las copias de seguridad? El software para realizarlas y el espacio para almacenarlas puede irse a los 2 o 3.000 € fácilmente en servidores físicos, mientras que en los cloud suelen venir incluidas en los planes.

 

Visto esto, ¿qué te encaja más?

¿Servidor físico o en la nube? 

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Sea físico o cloud; igual da.

Porque con Pleo puedes pagar cualquier gasto del servidor con tarjetas inteligentes y tenerlo bien controladito en tu panel.

¿Que hay que subir de plan y escalar?

Compras un servidor físico nuevo o aumentas de plan, pagas con la tarjeta... y el gasto se suma al resto para el control presupuestario.

¿Que hay que adoptar nuevas medidas de seguridad?

Más de lo mismo.

Y no tienes que preocuparte por almacenar en tus servidores las facturas que te den, porque Pleo tiene un módulo de gestión que te permitirá conservarlas en la nube sin coste adicional.

Finanzas cloud en toda regla.

Tú preocúpate de optimizar el precio de la nube o el de un servidor físico, de elegir el mejor plan y de dar con la solución perfecta, que nosotros te ayudamos a administrar el gasto.

Que sí, que sí.

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