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Planificación fiscal: cómo optimizar los beneficios fiscales de tu empresa

En planificar está la clave de casi todo en esta vida.

O de todo lo que esperas que salga bien, al menos 😂

Con los impuestos que paga una empresa es lo mismo: si haces una planificación fiscal adecuada, el ejercicio fiscal será óptimo. Y con óptimo nos referimos a un ahorro económico directo entre deducciones fiscales y exenciones.

Algo imprescindible para las empresas grandes, que si no se planifican adecuadamente, la optimización fiscal nunca estará completa y siempre acabarán pagando de más.

Facturas que se escapan, que nunca llegan a descargarse, gastos que no se incluyen por desconocimiento o descuido... Lo dicho: haz una planificación fiscal adecuada y asegúrate pagar menos en cada ejercicio. 

¿Empezamos?

La importancia de la planificación fiscal para tu empresa

¿Que si es importante?

Mucho.

En la etapa más temprana de la empresa, por ejemplo, los gastos tienden a ser muy altos en comparación con los beneficios.

Si los gastos no se declaran adecuadamente, la empresa tendrá que pagar los impuestos que le correspondería sin deducciones, y verá comprometidos unos recursos económicos que seguro que le irían de cine para crecer.

En las empresas grandes y consolidadas es igual; si no se pone el foco en los beneficios fiscales, dejarán de ahorrar una cantidad de dinero que podría ser mareante.

De hecho, se estima que las empresas españolas que hacen una planificación fiscal adecuada pueden generar hasta, ojo, un 40 % más de beneficio que aquellas que no la hacen.

Si hacemos caso al dato y tu empresa tiene unos beneficios anuales de 800.000 €, con una planificación tributaria adecuada generarías un extra de 320.000 €.

¿Qué prefieres, tener unos beneficios de 800.000 € o de 1.120.000 €? 😵‍

No cabe duda: tienes que establecer un plan específico dentro de tu estrategia financiera. Un plan con técnicas de planificación fiscal que te permitan maximizar los beneficios fiscales a partir de la optimización tributaria de la empresa.

¿Y qué deberías tener en cuenta al respecto? 👇

Lo esencial: adopta un método de gestión fiscal 

Aunque hay toda una serie de aspectos que deberías tener en cuenta —deducciones fiscales, exenciones fiscales, subvenciones, estructura corporativa...—, tu empresa debe adoptar un método.

Un manual o unos básicos ineludibles en los que se sustente la planificación fiscal que te asegure beneficios fiscales al mismo tiempo que cumples con la normativa tributaria.

Aquí va un trío interesante:

#1 Prioriza la gestión de facturas

Al final, todas las deducciones fiscales que derivarán en una reducción de impuestos nacen en las facturas.

Sin ellas, no hay forma de demostrar un pago que reduzca la cantidad de IVA trimestral o mensual que declaras.

Dicho de otra forma: o estableces un sistema de gestión en el que no se te escape ninguna, o adiós optimización fiscal.

Puedes definir una política de gastos de empresa con todo lujo de detalles en la que indiques cómo gastar y qué hacer con los justificantes de pago. Así te aseguras de que todo tu equipo actúe de la misma forma.

¿Y qué haces después con las facturas? Pues buscas cómo gestionarlas: ¿con un software de contabilidad? ¿Las almacenas en la nube? ¿Las mantienes fácilmente accesibles en un disco local? 

Luego te damos una solución genial para la gestión de facturas, incluidas las electrónicas, que al final hablaremos de herramientas.

#2 Presenta los impuestos con precisión

Tu planificación fiscal debe consolidarse en su parte final: la presentación de impuestos.

Rellena los modelos que marque la normativa tributaria y hazlo en las fechas correctas, que si te dejas alguno tu empresa será sancionada con toda probabilidad.

Modelo 303 de IVA trimestral o mensual, el modelo 390 de IVA anual, el del Impuesto de Sociedades, etc.

Hay una cantidad increíble de modelos y fechas, y te hablamos de todas ellas en este calendario fiscal para empresas.

#3 Siempre al tanto de la normativa tributaria para asegurar el cumplimiento fiscal

Las obligaciones fiscales de las empresas vienen marcadas en la ley.

Es la normativa tributaria la que determina qué, cuánto y cuándo se declara. Y esta normativa puede variar entre unas ubicaciones y otras.

Teniendo en cuenta dónde se ubica el negocio, repasa la normativa para cumplir con la fiscalidad de tu empresa y hacer la planificación tributaria.

¡Y mantén un ojo abierto a las novedades fiscales estableciendo algún método de seguimiento! Que cuando haya una actualización, si tu empresa no se adapta por desconocimiento, Hacienda no tendrá piedad. O podrías estar dejando pasar una buena oportunidad de ahorro.

Con estos básicos de planificación estratégica tributaria solo faltará el complemento en forma de factores y aspectos que deberías tener en cuenta 🙂

Aprovecha las deducciones fiscales

La mayor parte del ahorro que te da la planificación fiscal viene de las deducciones fiscales derivadas de los gastos.

Los gastos, tan detestables cuando toca pagarlos y tan deseables cuando hay que hacer la contabilidad del ejercicio fiscal 😅

Ten en cuenta que te ayudarán de dos formas:

  • Por un lado, con el IVA deducible, pues el IVA que pagues en productos o servicios para la empresa te lo descontarás directamente de la cantidad de IVA que hayas generado
  • Y por otro, con el Impuesto de Sociedades, que se calcula a partir de una cuota en la que intervienen los ingresos y los gastos; a más gastos, menos cuota y pagarás menos impuesto

Que los gastos son un básico de la planificación de impuestos, vamos.

¿Vemos algún ejemplo?

Están los gastos de representación, que son los generados para elevar la opinión sobre tu empresa de los clientes o proveedores.

La cuenta de la cena a la que les invitas, el alojamiento de tu equipo si viaja hasta su localización, el transporte, los posibles regalos que les hagáis... todo computa como gasto deducible.

También están los gastos de viaje, que son los generados cuando una persona de tu equipo viaja por motivos de trabajo y paga un alojamiento, el billete de transporte, las comidas, cenas y demás.

El alquiler de la oficina, los salarios, los gastos en materia de publicidad y marketing, los suministros... sí, hay una infinidad de tipos de gastos que puedes utilizar para obtener beneficios fiscales.

Siempre que lo diga la legislación aplicable, claro 🤓

Deducciones fiscales especiales para algunos sectores económicos

Pues sí: la ley indica que hay sectores que se pueden beneficiar de algunas ventajas fiscales encaminadas a reducir la cantidad de Impuesto de Sociedades que deberían pagar.

Ventajas generalmente impulsadas para fomentar el desarrollo tecnológico o ciertas actividades, claro.

En todo el estado español —o solo en determinadas regiones— encontramos estas:

  • Deducciones fiscales I + D + i para empresas que realizan actividades de investigación y desarrollo
  • Deducciones para empresas exportadoras por mejorar la competitividad internacional
  • Deducciones para el sector agrícola y ganadero en busca de la modernización, sostenibilidad y desarrollo del sector
  • Deducciones para las empresas que inviertan en energías renovables
  • Deducciones para empresas del mundo audiovisual, con el fin de fomentar la industria cultural
  • Deducciones fiscales para empresas turísticas, para estimular el turismo y creación de empleo
  • Deducciones para empresas culturales y artísticas, con el objetivo de promover tales actividades

Dependiendo de dónde se ubique tu empresa y de sus características, identifica las deducciones especiales y sigue afinando la optimización fiscal.

Y espera, que aquí va otra perita en dulce: las exenciones 🍐

Las exenciones fiscales

Las deducciones fiscales reducen la cantidad de Impuesto de Sociedades que pagan las empresas, pero no del todo. Nunca es cero.

Cuando no hay que pagar nada ya no hablamos de deducción, sino de exención fiscal.

Las exenciones fiscales son otro elemento que deberías revisar cuando hagas la planificación fiscal, pues si tu empresa se puede beneficiar de ellas supondrán un ahorro más que considerable.

Con las exenciones pasa lo mismo que con las deducciones: las hay que se aplican a todo el territorio español, mientras que otras son solo territoriales. 

Tenlo en cuenta a la hora de determinar a cuáles se puede acoger tu empresa:

  • Exenciones para organizaciones sin ánimo de lucro
  • Exenciones para actividades de I+D e innovación
  • Exenciones para empresas de economía social
  • Exenciones para empresas de nueva creación
  • Exenciones para empresas dedicadas a la exportación
  • Exenciones para empresas que invierten en energías renovables
  • Exenciones para empresas del sector agrícola y ganadero

Consulta aquí tanto las deducciones como las exenciones fiscales relativas al Impuesto de Sociedades.

¿Y el IVA?

¿Hay exenciones de IVA?

Afirmativo: hay tanto actividades y servicios exentos como no sujetos 👍

Estos son algunos de ellos:

  • Actividades sanitarias y asistenciales
  • Servicios de enseñanza y formación
  • Operaciones con entidades financieras y seguros
  • Entregas intracomunitarias y exportaciones
  • Servicios inmobiliarios

Aquí tienes el listado completo.

Si tu empresa pertenece a alguna de esas categorías, no tendrá que repercutir IVA a sus clientes 🙌

Las subvenciones para empresas

En la planificación fiscal también debes incluir las subvenciones, en caso de que tu empresa haya sido —o pueda ser— beneficiaria de alguna.

Son casos bastante particulares, porque dependiendo de la subvención tendrás que tratarla de una forma u otra.

Aquí van los tres casos:

  • Subvenciones no deducibles: son aquellas que tienes que declarar como ingreso y computan para calcular el Impuesto de Sociedades, pero los gastos asociados a esa actividad no podrás deducírtelos
  • Subvenciones parcialmente deducibles: lo mismo, pero en este caso sí que podrás deducirte una parte de los gastos asociados.
  • Subvenciones exentas: son aquellas no sujetas a tributación; es decir, no repercuten de ninguna forma en la contabilidad de tu empresa. Es dinero que te llega ya limpio

Como ves, dependiendo de la subvención que reciba tu empresa tendrás que tratarla de un modo distinto.

¿Y cuáles son las subvenciones más comunes?

Pues la verdad es que hay de todo:

  • Subvenciones para crear más empleo
  • Para el sector I + D + i
  • Para la creación de empresas
  • Subvenciones para el fomento de las energías renovables
  • Subvenciones para formación
  • Para internacionalización
  • Para inversiones empresariales
  • Subvenciones para el sector agrícola y ganadero
  • ...

Para las subvenciones es particularmente importante permanecer alerta, pues además de las estatales, también es habitual que de pronto salga una comunitaria a la que pueda acogerse tu empresa.

Todo lo que sean recursos para facilitar la previsión de la tesorería de la empresa es bienvenido, ¿no? 🤟

Mejora la planificación fiscal con estructuras corporativas eficientes

¿Y si intentas optimizar la planificación fiscal desde el planteamiento de la empresa?

Desde el origen. La raíz.

El cómo esté configurada o montada, así como la ubicación, puede traerte unos beneficios fiscales inesperados en un primer momento.

Vamos a ver qué factores podrías considerar.

Ubicación de la empresa

Como hemos visto a lo largo del post, de la ubicación de la empresa pueden depender determinadas deducciones fiscales o cargas impositivas.

Si la ubicación actual no te compensa y es legalmente factible cambiar el domicilio fiscal a una jurisdicción mucho más favorable impositivamente, quizá sea buena idea estudiarlo 🙄

Estructura empresarial

A priori podemos pensar que lo más rentable y económico es tenerlo todo centralizado en la misma empresa y hala, a funcionar.

Pero... ¿te has planteado tener filiales? Con una internacional, podrías contar con tasas impositivas reducidas o incluso exenciones.

¿Y holdings o grupos de empresas? Cuentan con la ventaja, entre otras, de la consolidación fiscal, de modo que las declaraciones se hagan conjuntas y los beneficios de unas compensen las pérdidas de otras.

En ellas también se elimina la doble imposición por ingresos generados en distintos países y suele ser más fácil conseguir financiación.

Ahí queda 😏

Optimización de la cadena de valor

También puedes aumentar los beneficios fiscales de tu empresa mejorando los procesos de la cadena mediante la cual diseña, produce, vende y entrega los productos o servicios a sus clientes.

Se trata de identificar individualmente dónde hay márgenes de mejora e implementar cambios.

¿Confiando en las tecnologías fintech para gestionar los gastos generados por la compra de materias primas, por ejemplo?

¿Mejorando la forma de gestionar tus proveedores empleando un sistema de e-procurement?

¿Automatizando procesos o actividades ineficaces o no productivas, que no aportan nada a la cadena de valor?

Analiza y evalúa el flujo de ingresos, los costes generados y el valor de cada activo individual de la estructura empresarial, y toma decisiones encaminadas a optimizarla.

Y cumple la norma, no vaya a ser peor la solución que el problema

Obviamente, si decides modificar aspectos clave como los asociados a la estructura corporativa, fíjate bien que respete el cumplimiento fiscal.

Adapta tu sistema para cuando llegue el cierre fiscal de la empresa y realiza las declaraciones de forma precisa y adecuada, obteniendo las reducciones de impuestos a la vez que cumples con la normativa tributaria y regulación fiscal aplicable.

Y mantente al tanto de las novedades fiscales que alteren la operabilidad, lo que nos lleva al siguiente punto.

Mitiga el impacto estando al corriente de las novedades fiscales en la normativa tributaria

Es la tercera vez que lo comentamos; valga para demostrar la importancia de estar actualizado y conocer no solo las normas vigentes, sino también los cambios que están por llegar.

La normativa tributaria cambia cada dos por tres. Promesas electorales, ajustes a la realidad que viven las empresas y las personas... Hay factores de sobra para alterar la ley, y tu empresa debe estar preparada para todo.

Mira, por ejemplo, la factura electrónica.

Va a ser obligada para las operaciones con otras empresas y profesionales. Se acabaron las facturas en papel, y además habrá que utilizar programas homologados para emitirlas que no permitan la eliminación del historial.

¿Entiendes el cambio contable que va a suponer para las empresas españolas?

Afortunadamente, los cambios en la normativa de tal magnitud se avisan varios meses antes de aplicarse, por lo que cuentas con tiempo para poder actualizar la gestión fiscal de tu empresa.

Y eso es solo un pequeño aspecto operativo; las reformas fiscales que alteran los tipos impositivos o las deducciones fiscales tienden a tener impactos más grandes en la economía de los negocios.

Nuevamente, conociendo los cambios con suficiente antelación, podrás tomar las decisiones pertinentes y adaptar tu planificación fiscal por adelantado, mitigando así los riesgos financieros asociados a los cambios.

Planificación fiscal global: ¿merece la pena la internacionalización?

La planificación fiscal en un entorno internacional, con empresas o filiales en distintas jurisdicciones, es un arma de doble filo.

Lo bueno es evidente: llegas a mercados internacionales en los que no tendrías visibilidad de otra forma, aumentas tu facturación y, si todo va bien, la empresa se vuelve más rentable.

Lo no tan bueno también es de cajón: tendrás que gestionar impuestos y presentar declaraciones en dos o más países y las estructuras empresariales óptimas en España podrían no ser las mismas que en otros lugares.

Por eso, antes de expandirte internacionalmente, estudia en profundidad la normativa tributaria en los países a los que quieras llegar

Y luego decide cómo quieres hacerlo: si como filial de tu empresa, como empresa que forme parte de un holding o como una nueva empresa independiente.

Ya hemos visto que las filiales y los grupos de empresas suelen contar con ventajas como la eliminación de la doble imposición, los tipos impositivos reducidos o incluso exenciones tributarias.

¿Merece la pena?

Si haces una planificación estratégica a conciencia y estableces un sistema de gestión fiscal adecuado para ser rentable en dos o más países a la vez, por supuesto que sí 😌

Tecnología y herramientas de planificación fiscal

Vale, ¿y a la hora de ponerte con todo esto, qué?

¿Cómo que qué?

Pues al lío, que la tecnología está de tu lado. De varias maneras, además.

Podrías valorar adoptar un software de gestión fiscal que te ayudara a hacer la contabilidad de la empresa de acuerdo a la legislación y normativa vigente, realizar informes fiscales para la planificación y calcular impuestos, entre otras cosas.

O uno que hiciera análisis predictivos y te ayudara a hacer proyecciones financieras. Con ellas podrías plantear posibles escenarios basándose en datos reales y mitigar el riesgo asociado a cada posible situación, tomando decisiones estratégicas informadas.

Sí, las tecnologías están de tu parte a la hora de hacer la planificación fiscal de tu empresa.

¿Y sabes qué más?

Pleo 🙃

Es una solución moderna de gastos que te ayudará enormemente con la parte más problemática de la gestión fiscal del negocio.

Mediante el uso de una app homologada por la Agencia Tributaria, haciendo una simple foto al ticket, este quedará debidamente registrado. Y podrás gestionar todas las facturas desde el mismo sitio.

También podrás obtener informes de gastos en tiempo real, categorizados, para poder hacer la planificación fiscal basándote en datos precisos y actualizados.

Tu empresa dirá adiós a las notas de gastos, no habrá gasto que se te resista y todo el mundo podrá dedicar ese derroche innecesario de tiempo con el papeleo a otras cosas.

Y lo más importante para el tema que nos ocupa: además de tiempo, tu empresa ahorrará dinero y asegurarás la optimización fiscal dejando bien atados los gastos.

Prueba y verás: para la planificación fiscal, hazte con un software de control de gastos como Pleo... y a volar ✊

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