Stack tecnológico: cómo crear un tech stack para tu empresa


Gestionar recursos, comunicarnos con clientes y proveedores, controlar las finanzas, hacer análisis de rendimiento…
Todo ello se hace mucho mejor si cuentas con la ayuda de la tecnología, imprescindible en empresas que quieren optimizar recursos y mejorar la rentabilidad.
Lo ideal sería que una única herramienta sirviera para todo.
¿Gestión de la facturación?
¿Comunicación con proveedores?
¿Gestión de proyectos?
¿De recursos humanos?
Sí, sería perfecto contar con un único programa que lo hiciera todo, pero ya sabes que no funciona así.
El concepto de stack tecnológico o tech stack nace de ahí, de la imposibilidad de contar con una superherramienta sobre la que recaiga toda la responsabilidad tecnológica.
Y vamos a ver precisamente eso: qué es un stack tecnológico —o pila de tecnología—, qué beneficios tiene que cuentes con uno, el tipo de herramientas que lo componen y cómo montar el tuyo.
Al final, cerraremos con una sugerencia para completar tu próximo stack de tecnología.
Vaaaamos allá.
¿Qué es un stack tecnológico?
Piensa en la tecnología de la que hace uso tu empresa.
Hablamos de herramientas, aplicaciones, programas… todo el IT que emplea tu negocio en el día a día.
Para crear sus productos o servicios, por ejemplo. O para controlar las finanzas, para la gestión de proveedores o para analizar el rendimiento.
El conjunto de todas esas soluciones y recursos informáticos es lo que conforma el stack tecnológico. Conviene tener atado en corto su registro en pos de la optimización de recursos, la primera de las ventajas y beneficios de contar con un stack de tecnologías.
Beneficios de la tecnología en las empresas y del stack tecnológico
Optimización, optimización y optimización: ese es el beneficio principal del stack de una empresa, al menos el que se refiere a la tecnología.
Si tienes todos los programas bien controlados, sabrás el uso que se hace de cada uno. Podrás determinar cuál dar de baja o cuál seguir utilizando de a partir de análisis objetivos, no por mera intuición.
Así, tu empresa gastará solo en los recursos estrictamente necesarios, optimizando ese gasto y, con él, aumentando la rentabilidad del negocio.
¡Viva!
Pero hay más, claro.
Pon que tienes un equipo desperdigado por el planeta, colaborando al mismo tiempo en distintos proyectos en varios husos horarios diferentes.
El stack tecnológico será el eje central que facilite el uso de herramientas y colaboración de equipos, porque todo el mundo tendrá acceso al registro maestro que determine las herramientas disponibles, el uso que se hace de ellas y los accesos.
El stack tecnológico también facilita la escalabilidad de la empresa. En un estado más temprano, lo lógico es que se necesiten menos herramientas.
Vale
Cuando el negocio crezca, solo habrá que echar un ojo al cómodo stack de tecnologías para determinar si aumentar los planes existentes o contratar herramientas nuevas.
Sin el stack, podrían tomarse decisiones a la ligera y acabar pagando de más por recursos que no se utilizan, lo que juega en contra de la rentabilidad de la empresa.
Y no hace falta recalcar la importancia de la tecnología en una empresa, ¿no?
Automatización de procesos, eficiencia operativa, reducción de errores y de riesgos financieros, seguridad…
Definitivamente, sí a las herramientas y al stack de tecnología.
10 tipos de programas y ejemplos de un stack tecnológico
Ya sabes lo que es el stack tecnológico y lo bien que le puede venir a tu empresa.
Enseguida te contamos cómo montar el tuyo, pero antes, ¿qué opciones tienes sobre la mesa?
Obviamente estarás al tanto de todos estos tipos de herramientas, pero por si acaso, aquí un breve repaso 👇
#1 CMS
Un CMS (Content Management System) es un sistema que te ayuda a gestionar contenidos en una web sin necesidad de saber diseñar o programar.
Ediciones por bloques, organización de contenidos, páginas, posts… los CMS lo tienen todo.
¿Quieres vender un servicio nuevo en tu página? El CMS te lo facilita.
¿Quieres crear un blog para atraer tráfico orgánico de Google? Más de lo mismo.
Hoy en día su uso está extendidísimo, como no podía ser de otra manera.
WordPress es el perfecto ejemplo de stack tecnológico en lo que se refiere a gestores de contenido.
#2 CRM
¿Quién no ha oído hablar de los famosos CRM?
Un Customer Relationship Management se emplea para gestionar clientes.
Cuando haces una venta y tienes el registro de tu cliente, puedes emplear estos programas para categorizarlo, añadir notas, calcular su lifetime value, crear campañas personalizadas, comunicarte con él, etc.
Si cuentas con una base grande de clientes, los CRM te facilitan mucho su gestión, permitiéndote relacionarte mejor con ellos y vender más.
Ejemplos de CRM son HubSpot o Zoho CRM.
#3 Ecommerce
¿Vendes productos online?
Sean pocos o muchos, el medio habitual es hacerlo con un CMS que tenga incorporado algún módulo de comercio electrónico o ecommerce.
Dicho módulo te permite crear fichas de producto, mostrar valoraciones de usuarios, procesar pagos y crear recibos.
Hay CMS que son plataformas de ecommerce en sí mismos, facilitándote la creación de categorías y artículos individuales. Shopify, Magento o Prestashop son ejemplo de ello.
Hay otros que te permiten instalar todo tipo de plantillas, y a estas añadirles los módulos de venta online, para que puedas vender directamente desde tu web. Woocommerce, por ejemplo, es el módulo de ecommerce para webs creadas en WordPress.
#4 ERP
Los sistemas de gestión de recursos empresariales o ERP (Enerprise Resource Planning) son lo más parecido al «todo en uno» que decíamos antes… que era del todo imposible.
Y es imposible porque hay mucho que abarcar, aunque en realidad los ERP tocan casi todos los palos:
- Gestión financiera
- Gestión de recursos humanos
- Gestión de ventas y marketing
- Gestión de proyectos
- Gestión de compras
- …
Provistos de diferentes módulos, te permiten desde llevar la contabilidad del negocio hasta controlar la cadena de suministro en la que intervienen tus proveedores.
SAP ERP, Microsoft Dynamics 365 u Oracle ERP Cloud son ejemplos de ERP ampliamente conocidos.
#5 SGP
Los SGP (Sistemas de Gestión de Proyectos) facilitan la operativa relacionada con los distintos proyectos de la empresa.
Pon que inicias una campaña navideña para vender un producto específico.
Los SGP te permiten planificar las distintas fases de la campaña, facilitándote la asignación de recursos, cumplimiento de los plazos asignados y colaboración entre las personas de tu equipo implicadas.
Son programas que mejoran la planificación, gestión y ejecución de los proyectos de todo tipo: consultoría, implementación de tecnología, contratación de personal, campañas de marketing, etc.
Microsoft Project, Asana o Notion son buenos ejemplos de SGP.
#6 Software financiero
Las finanzas de tu empresa son un punto y aparte también.
Existe software de todo tipo relacionado con las finanzas.
Aplicaciones de control de gastos, por ejemplo.
O programas de contabilidad.
O programas de facturación electrónica.
O software de planificación financiera.
O herramientas de análisis financiero.
O de gestión de facturas.
Ejemplos de ello son…
Esto, mejor al final, que si no se destapa la sorpresa.
#7 Herramientas colaborativas
Cuando una oficina es pequeña y todo el equipo se reúne en el mismo sitio, la comunicación entre unos y otros es sencillita.
Pero… ¿y si tu empresa tiene equipo repartido por todo el mundo?
¿O cada departamento está en una planta?
¿O hay parte del equipo que hace muchos viajes por trabajo?
Las herramientas de colaboración facilitan la comunicación y gestión de tareas y proyectos entre equipos, para que puedan colaborar desde cualquier parte del mundo con una simple conexión a Internet.
Microsoft Teams o Slack son ejemplos de ello.
#8 Herramientas de analítica
¿Analítica?
Realmente, se pueden analizar procesos de todo tipo.
Relacionados con las ventas, con la gestión de proveedores, con la facturación, etc.
Muchos de los distintos tipos de software para empresas incluyen ya de por sí módulos o bloques de analítica.
En este caso hablamos de herramientas de analítica web o de marketing, para analizar el rendimiento de la página o de las campañas publicitarias u orgánicas.
Google Analytics es un buen ejemplo de herramienta de analítica del comportamiento de los usuarios en tu web, y Google Search Console o SEMrush sirven para analizar el rendimiento de la página en sí, como la velocidad al utilizarla o el posicionamiento orgánico.
#9 De gestión de proveedores
Los proveedores también son un mundo aparte, también.
Como tal, existen herramientas de gestión de proveedores especializadas, ideales para cubrir todos los procesos relacionados con ellos.
Comparación de ofertas, gestión de facturas de proveedores, análisis de rendimiento, negociación con proveedores, creación de órdenes de compra, etc.
El e-sourcing o el e-procurement son ejemplos de este tipo de tecnologías, con herramientas como Precoro o Tipalti.
#10 Gestión de recursos humanos
Ya hemos hablado de stack tecnológico para gestionar clientes, ventas, proveedores, las finanzas, la colaboración interna…
¿Y el propio personal?
Ya sabes: contrataciones, vacaciones y días libres, rendimiento, horarios, perfiles, gestión de nóminas, contratos, etc.
Lo tienes a tiro con herramientas especializadas de gestión de recursos humanos.
Ejemplos de herramientas especializadas en los recursos humanos podrían ser Sesame HR o Personio.
Automatización, ciberseguridad…
No son tipos de herramientas en sí, sino características o beneficios aportados por las herramientas del stack tecnológico de tu empresa.
Por ejemplo, con la automatización se mejora la eficiencia, los errores manuales se ven reducidos a la mínima expresión, el control se vuelve más ágil y a la larga, la rentabilidad aumenta.
La ciberseguridad propia de las finanzas en la nube mitiga las amenazas de los ciberataques a los datos sensibles de la empresa y facilita el cumplimiento normativo.
¿Qué sentido tendría contar con programas y herramientas que ralentizaran los procesos operativos?
O que pusieran en riesgo documentos que harían mucho daño en caso de caer en manos de la competencia.
O que no garantizaran la privacidad de los datos de clientes, pudiendo derivar en sanciones que dejaran temblando la caja de la empresa.
Ninguno, ¿no?
La herramienta que te presentamos al final tiene en cuenta todo esto y más; ya verás.
Cómo crear un tech stack
Ya conoces los tipos de herramientas y tecnologías candidatas a entrar en tu stack tecnológico; ahora, la pregunta inevitable: ¿cómo creas uno?
¿Cómo llegas a tener ese listado maestro de herramientas con toda la información de interés relacionada?
Pues podrías empezar auditando las herramientas actuales.
Todas.
Ve departamento por departamento y pregunta qué herramientas están empleando, tanto de pago como gratuitas, y haz un inventario de software inicial.
Hecho esto, de un simple vistazo identificarás carencias o de qué pie —o pies— flojea la pila de tecnología del negocio.
Pregunta entonces a los equipos para afinar esas carencias y necesidades, y haz lluvia de ideas para dar con pruebas gratuitas y licencias de pago entre las que elegir.
Anótalas todas en un documento, incluyendo los precios y costes, y apóyate en el presupuesto disponible de la empresa para hacer la selección final que acabará conformando el stack tecnológico.
Luego solo quedará dar uso a todas las herramientas, medir el rendimiento ofrecido por cada una… y auditar y optimizar de nuevo, lo que te ayudará a escalar el negocio.
Es importante que audites regularmente el stack tecnológico de tu empresa, sí
Porque sí, no tiene sentido crear un tech stack y olvidarse de él indefinidamente.
¿Qué pasa si uno de los programas se actualiza y saca una nueva versión que os encaje mejor, permitiéndote optimizar ese gasto?
¿Y si le surge competencia y ofrece funcionalidades nuevas que no tiene el programa original?
Para auditar el stack tecnológico tendrás que recopilar información de cada herramienta empleada —coste, uso, opiniones de tu equipo— y revisar con ahínco.
Plasma en un documento todos los momentos en los que se utiliza una herramienta, su frecuencia de uso, el coste, si podría dar más de lo que da en caso de que tu empresa lo necesitara y cuánto costaría cambiar a la alternativa más viable ☺️
Con todas las respuestas y datos, podrás tomar las decisiones pertinentes con conocimiento de causa y optimizarás tanto el tiempo de uso de las herramientas como el gasto asociado.
¿Y al final?
Más control y rentabilidad.
Pleo, un imprescindible en todo stack tecnológico de empresas que quieren más
¡Mira!
Llegó el momento de la sugerencia tecnológica.
Financiera en este caso, sí, pero todo un as en la manga en lo que se refiere al control del stack tecnológico.
Si adoptas a Pleo en tu stack de tecnologías, al loro:
- Podrás controlar cada gasto de todas las herramientas, deduciéndote hasta el último céntimo en el impuesto de sociedades
- Tendrás una visión conjunta del coste total de las herramientas del tech stack, facilitándote la toma de decisiones informadas
- Podrás gestionar suscripciones y sus pagos recurrentes de forma automática
- Estarás garantizando la seguridad de los datos, porque Pleo es el ejemplo perfecto de gestión de gastos cloud
- Y te ayudará a cumplir la exigencia de Hacienda de guardar las facturas de cada gasto durante cuatro años, ya sea física o digital
¿Y eso?
Pues porque Pleo es una herramienta homologada por la Agencia Tributaria, de modo que podrás procesar cada factura digital de todas las herramientas y la foto generada servirá para justificar ese gasto.
Ya lo ves: aporta control de los gastos generados por las herramientas tecnológicas, optimización en el uso de recursos, ciberseguridad y cumplimiento normativo, facilitándote además la gestión de facturas.
¿Quién da más?
¿Era o no era un fichaje estelar para tu stack tecnológico? Toooma tecnología de gestión de gastos.