Análisis de riesgo financiero: cómo evaluar y prevenir los riesgos de una empresa

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Análisis de riesgo financiero: cómo evaluarlos y mitigarlos - Pleo Blog
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¿Cómo asegurarías el futuro de tu empresa si TODO fuera posible? 

¿Invirtiendo en un valor que sabes que irá muy al alza, quizá?

¿Comprando lotería que sabes que va a tocar?

Lástima que no haya nada seguro en esta vida, salvo que el sol va a salir mañana por la mañana.

Los valores seguros de hoy podrían ser nada de un día para otro. Y para que te toque la lotería tendrían que alinearse los astros y los planetas, y ni así.

El futuro de una empresa no se asegura con esos golpes de suerte, sino con trabajo, evitando los errores.

Mitigando los riesgos a los que se verá expuesta en un momento dado aseguras su continuidad. Sin el dinero de la lotería, pero con buena salud financiera para seguir cubriendo e incluso ganar cuota de mercado.

¿Y cómo te anticipas a esos posibles dramas o desastres, fruto de las amenazas hechas realidad? Pues simple y llanamente, haciendo un análisis de riesgos financieros. Evaluándolos y planteando escenarios.

Los riesgos financieros de una empresa son una gran amenaza, sí, pero si los analizas y previenes pueden convertirse en buenas oportunidades.

Y de eso te vamos a hablar: del análisis y evaluación de riesgos financieros de las empresas, para que sepas a qué atenerte en los próximos años y tomes las medidas preventivas suficientes.

Análisis de riesgos financieros tradicionales vs. riesgos emergentes

Obviamente, los riesgos económicos y financieros clásicos ya no son como antes.

El riesgo crediticio de hace 50 años no se parece en nada al actual, con los precios de la vida disparados y un mundo en constante cambio geopolítico.

El riesgo comercial tampoco parece el mismo, puesto que los mercados también son extremadamente diferentes, desde los tipos de interés hasta las fluctuaciones en el valor de las divisas que impactan en la competitividad global de la empresa.

El riesgo operativo también ha cambiado, al mismo tiempo que lo hacía la forma de funcionar de las empresas: de contratar talento, de comunicarse con clientes y proveedores, de reunirse... de todo.

E imagina el riesgo de liquidez, con mercados tan volátiles y un panorama digital que ha venido a revolucionarlo todo.

Sí, definitivamente los riesgos financieros han cambiado. Son distintos a cómo eran hace tiempo, al igual que cómo lo serán cuando evolucionen en el futuro.

Y ojo, que el desarrollo del mundo, además de actualizar los riesgos financieros de toda la vida, está trayendo riesgos nuevos. Cosas de las tendencias económicas, de la concienciación y de la tecnología.

El riesgo digital, por ejemplo, solo existe desde que la tecnología pasó a formar parte del día a día de las empresas. ¿Te imaginas hace 40 años a un CFO con miedo de que un hacker le robara información financiera privilegiada? 

O el de sostenibilidad, un factor a la orden del día, pero invisible hace años. Parece que por fin nos hemos dado cuenta de que, o cuidamos del planeta, o pronto no habrá planeta que cuidar. 

O tu empresa se sube al carro y cumple las normativas vigentes en materia sostenible y social... o hasta lueguito.

Riesgos clásicos actualizados, nuevos riesgos y la tecnología como agente del cambio, incluyendo a la hora de hacer el análisis de riesgos financieros. 

Con esto claro, ¿nos metemos en harina? 

Y esto del análisis y gestión de riesgos financieros... ¿qué implica exactamente?

Lo cierto es que es un proceso que podría considerarse complejo, con muchas capas, que va mucho más allá de detectar una amenaza puntual o una mala racha económica.

Analizar los riesgos financieros de una empresa hoy exige trabajar con datos, modelos y, sobre todo, con mucha visión estratégica.

Todo empieza con identificar lo que podría fallar, ya sea dentro o fuera de la empresa.

Un error operativo, una decisión de política monetaria o un cambio brusco en la demanda: todo cuenta a la hora de afectar al rendimiento de la empresa.

Pero observar no basta; hay que entender. 

Por eso, se recopilan y procesan grandes volúmenes de datos históricos y actuales. Tanto cifras internas como variables de mercado que permitan anticipar posibles escenarios y tomar decisiones con fundamento.

Aquí es donde entra la parte más técnica: los modelos cuantitativos. 

Sin bola de cristal, tienes que apoyarte en análisis matemáticos y simulaciones para calcular hasta dónde podrían llegar ciertos riesgos. 

Cuánto dinero podrías perder si un escenario adverso se hiciera realidad, o cuánto capital deberías tener como colchón.

Una vez hecho ese diagnóstico, llega el momento de actuar. 

Tienes que diseñar estrategias para mitigar daños, desde ajustar políticas de gastos hasta rediseñar operaciones o mover inversiones. Lo importante es convertir los datos en decisiones que refuercen la estabilidad financiera.

Todo esto, por supuesto, sin perder de vista las normativas; porque gestionar riesgos en la actualidad también implica adaptarse a un entorno regulatorio cada vez más exigente. 

Ventajas del análisis de riesgo financiero de una empresa

Bien planteado, el análisis de riesgo financiero se convierte en una herramienta estratégica que afecta a casi todas las decisiones importantes de una empresa. 

Esto es lo que consiguen si lo hacen con acierto:

  • Gestión proactiva del riesgo: saber qué puede fallar y cuánto costaría te permite anticiparte. No se trata de evitar cada riesgo, sino de entender hasta dónde se puede asumir sin comprometer la estabilidad.
  • Cumplimiento normativo más sencillo: tener claros los indicadores clave y las reservas necesarias facilita el cumplimiento de regulaciones como la directiva europea Solvencia II.
  • Capacidad de anticiparse a escenarios negativos: las simulaciones permiten imaginar qué pasaría si el mercado colapsa, si suben los tipos o si baja la demanda. Mejor saberlo ahora que lamentarlo después. Esta visión permite construir respuestas sólidas y rápidas.
  • Optimización de inversiones: cruzando riesgos y rentabilidades, podrías maximizar los beneficios sin exponerte más de la cuenta.
  • Estabilidad financiera: cuando gestionas bien los riesgos, evitas sustos innecesarios y mantienes tus finanzas bajo control incluso en momentos de incertidumbre. No se trata solo de sobrevivir a una crisis, sino de tener el músculo necesario para seguir creciendo cuando otros se detienen.
  • Prevención de pérdidas internas: no todo riesgo viene del exterior. Fallos operativos, errores humanos o brechas tecnológicas también cuestan dinero. Detectar estos puntos débiles con antelación es la mejor forma de tapar fugas antes de que se agraven.
  • Decisiones estratégicas más informadas: cuando el riesgo está clarinete, los grandes movimientos —entrar en un nuevo mercado, hacer una adquisición, cambiar el modelo de negocio— dejan de ser una apuesta ciega y se convierten en decisiones fundamentadas.

En otras palabras: rentabilidad fuera de peligro 🤙

Un buen análisis de riesgo financiero de una empresa le da conocimiento, lo que le permite actuar para, a la larga, evitar males mayores, sin comprometer así la rentabilidad del negocio.

Todo empieza con la evaluación de riesgos

Comenzamos por el principio del proceso: para prevenir, primero tenemos que conocer las amenazas.

Hacer toda una evaluación de riesgos financieros.

Debes conocer todos los tipos de riesgos financieros, identificar a cuáles está expuesta tu empresa, evaluarlos y tomar medidas para mitigarlos.

Porque si tu empresa no opera con distintas divisas, ¿por qué iba a preocuparte el riesgo de tipo de cambio?

Estos son los principales riesgos financieros que tendrás que evaluar, algunos de ellos clásicos y otros emergentes, como hemos visto antes:

  • Riesgo comercial o de mercado, debido a la inflación y los tipos de interés, tan de moda estos años.
  • Riesgo digital, el que viene de la tecnología, como el que afecta a la ciberseguridad de los datos financieros.
  • Riesgo de liquidez, cuando no haces una buena previsión de tesorería y corres el riesgo de quedarte sin efectivo en la caja. Un riesgo de liquidez mal gestionado... peligrooooo 😵‍💫
  • Riesgo crediticio, en caso de que tu empresa preste dinero a clientes, algo que seguirá pasando en el futuro.
  • Riesgo operativo, cuando la empresa no funciona internamente porque falla en uno o varios puntos.
  • Riesgo de sostenibilidad, el generado cuando la falta de recursos naturales, la mala organización corporativa o las relaciones sociales afectan a la producción de la cadena de suministro o a la reputación de la empresa.
  • Riesgo legal o regulatorio, cuando una nueva norma o un cambio en la legislación te obliga a adaptar procesos, rediseñar contratos o asumir costes que no estaban en el presupuesto.
  • Riesgo reputacional, que no siempre se ve venir, pero cuando estalla deja huella. Una mala gestión, una crisis mal comunicada o simplemente una percepción negativa pueden hacer que tus clientes se alejen.
  • Riesgo sistémico, el más difícil de controlar porque no depende de ti. Es cuando lo que tiembla es todo el sistema: el mercado, la banca y la economía global.
  • Riesgo de inversión, que aparece cuando colocas capital en activos que pueden no darte el retorno esperado, o incluso generar pérdidas.

¿Hay que protegerse o no? 

Pero insistimos: tu empresa, obviamente, no estará expuesta a todos. 

Mira bien dónde poner el foco.

Y sabiendo lo que hay, ¿cómo haces la evaluación de riesgos?

La respuesta corta y la larga coinciden: empleando tecnología.

La tecnología te permite recopilar datos históricos, definir indicadores y hacer previsiones con los datos en tiempo real que vayas generando.

Por ejemplo, dos técnicas de análisis de riesgos financieros son la del modelado financiero y el análisis del flujo de caja.

La primera consiste en plantear posibles escenarios o situaciones basándose en datos y la segunda, en analizar el historial y previsión de efectivo para anticipar situaciones de riesgo.  

En el modelado financiero, la tecnología hace que te olvides del Excel de toda la vida. Leyendo datos pasados, analizando el contexto actual y generando informes financieros en tiempo real, es capaz de dibujar esos escenarios probables aplicando sistemas de análisis avanzado.

O cuando empleas la técnica del análisis de flujo de caja, la tecnología recopila datos relevantes, los analiza y, con el aprendizaje automático, actualiza sobre la marcha las proyecciones financieras que genera de forma constante.

La tecnología, en ambos casos, te da información muy valiosa para mitigar los riesgos financieros. Tomarás decisiones basándote en datos y realidades, no en suposiciones sesgadas desde tu experiencia personal.

Dicho esto, vamos a ver los principales riesgos financieros de tu empresa, con sus consideraciones particulares.

La gestión de riesgo digital en la era tecnológica

La tecnología, tan de nuestro lado para la evaluación y análisis de riesgos financieros, a su vez provoca una serie de amenazas que debes considerar.

Empezamos por la ciberseguridad, el riesgo financiero digital que seguro que te ha venido primero a la cabeza. 

Los datos financieros deben estar seguros; de lo contrario, podrían caer en manos indeseadas y lo que es peor, tu empresa podría violar la ley al no asegurar la privacidad de los datos personales de sus clientes. 

Otros riesgos digitales asociados a la tecnología son los famosos fraudes por pérdida de los datos de las tarjetas de crédito o el robo de identidad.

Como CFO debes anticiparte. Hecho el análisis de riesgos financieros, tu responsabilidad es tomar medidas sólidas de ciberseguridad para evitar las amenazas.

Lo puedes hacer cumpliendo con la normativa PSD2 a la hora de procesar pagos digitales o concienciando a tu equipo en materia de seguridad online, para que adopte prácticas como la autenticación en dos pasos 2FA.

Y más, que en materia de ciberseguridad hay muchas posibilidades: ¿encriptar todos los datos sensibles que viajen por la red?

¿Implementar un sistema de detección de intrusos a partir de comportamientos sospechosos?

¿Realizar pruebas de seguridad y auditorías externas periódicamente?

Ahí queda; riesgo financiero mitigado 🤟

Mucho ojo con el riesgo de mercado

Riesgo financiero asociado a la volatilidad de los mercados. En tiempos de incertidumbre como los que estamos viviendo, el riesgo de mercados se maximiza.

Aranceles, bombardeos en Oriente Medio... esa incertidumbre generada se traslada a todas partes: cambian los precios de las materias primas, de los instrumentos financieros, de las acciones, baja la demanda y aumenta la competencia... sí, todo se ve afectado.

Y la salud financiera de tu empresa, también 😑

En un contexto así en el que puede pasar de todo, es imprescindible que hagas el análisis del riesgo financiero a la hora de realizar la planificación fiscal de cada ejercicio para plantear escenarios e identificar amenazas y oportunidades.

¿Qué pasa si de pronto la FED da una gran noticia?

¿Y si se plantea un confinamiento obligatorio de dos semanas al año para limpiar el planeta?

¿Y si el euro cae por debajo del dólar, como ya ha llegado a suceder?

Con la tecnología, las respuestas se hallan tras los datos y la capacidad de improvisar tomando decisiones informadas.

Al final, el objetivo del análisis de los riesgos económicos y financieros de la empresa es blindarla y no solo sobrevivir a las amenazas, sino convertirlas en oportunidades... y aprovecharlas. 

Y con el riesgo comercial o de mercados hay muuucho que ganar 🙃

Y de la misma forma, con el riesgo de crédito y de liquidez

¿Qué es el riesgo de crédito o riesgo crediticio? Simple y llanamente, que alguien no te pague lo que te debe.

El riesgo de crédito o crediticio y el riesgo de liquidez —el de quedarte sin dinero en la caja— están directamente relacionados con el de mercado.

En épocas de alta volatilidad, los precios se mueven —generalmente hacia arriba— y los bolsillos de las personas y tesorerías de las empresas lo sufren.

¿Tu empresa da préstamos? Para evaluar el riesgo crediticio de cada uno, puedes emplear la inteligencia artificial financiera para analizar el historial de la persona y su previsión económica y, con ello, el riesgo de impago asociado.

En lo que se refiere a que tu empresa sufra de falta de efectivo, tendrás que hacer una planificación financiera considerando la posibilidad de que todo cambie de la noche a la mañana.

Válete de la tecnología para analizar datos históricos, las previsiones de pagos y cobros y dar con esos posibles momentos en los que tu empresa pueda quedarse corta de dinero en la tesorería. 

Sabiéndolo, podrás tomar decisiones al respecto para que el riesgo de crédito no vaya a más y afecte a la reputación u operativa de la empresa: ¿te imaginas no poder pagar a tu proveedor principal por un descuido?

El riesgo operativo evoluciona con el tiempo

Es el asociado a que falle algo interno de tu empresa.

Como que no se pague a tiempo a los proveedores y falle la cadena de suministro, por ejemplo.

O que se pierdan gastos de empresa por el camino y esto afecte a las finanzas, al no contar con un dinero con el que pensabas contar declarando tanto gasto.

En la empresa pueden pasar mil cosas distintas, por lo que los riesgos operativos se presentan de mil maneras. 

La tecnología ha traído un cambio en la forma de funcionar; por ejemplo, a la hora de hacer pagos online, como decíamos. Al agilizar el proceso será menos probable que un proveedor se quede sin cobrar, por lo que la producción no correrá peligro.

Lo dicho: el riesgo operativo está actualizándose constantemente; tu forma de mitigarlo pasa por tener músculo en la tesorería —ojito entonces con el riesgo financiero de liquidez— y todos los procesos bien depurados.

¡Hola, automatización de procesos! 👋

El riesgo de sostenibilidad, presente y futuro

Este riesgo financiero está relacionado con los medios naturales y la cara más social de tu empresa.

En lo que se refiere a los recursos naturales, tu empresa podría verse afectada por la escasez, por los cambios en las regulaciones ambientales o por condiciones ambientales que dificulten el correcto funcionamiento del negocio.

La tecnología, nuevamente, juega a tu favor como CFO 👏

Puedes emplearla para analizar datos ambientales, hacer previsiones y plantear escenarios que dictaminen qué hacer en caso de que se confirmen los pronósticos, por ejemplo.

O para controlar que tu empresa cumpla con la normativa vigente sostenible y no caiga en sanciones.

En lo social, el riesgo se asocia a cómo se relaciona tu empresa con el entorno, con tu equipo, con los proveedores y con los directivos. Los derechos humanos, la salud e integridad de los empleados, la diversidad e inclusión y tener una cadena de suministro ética son clave para evitar crisis de reputación y mitigar este riesgo financiero.

El riesgo legal y regulatorio no da tregua

Este riesgo financiero se cuela en cualquier sector. 

Tiene que ver con cambios normativos, leyes nuevas o marcos regulatorios que impactan directamente en la forma en la que opera tu empresa.

Puede tratarse de una nueva obligación fiscal, de límites más exigentes en sostenibilidad o de un cambio en la legislación laboral que te obligue a revisar contratos y procesos de recursos humanos.

Y lo peor: muchas veces llega sin avisar 😬

Por eso, identificar qué normativas afectan a tu sector, qué está por venir en Europa o España, y cómo puede alterar tu actividad es esencial para que no te pille el toro.

¿Te imaginas una inspección sorpresa cuando aún ni sabes que han cambiado la ley?

Riesgo reputacional: ese que nadie ve venir, pero vaya, cómo se sufre

No hace falta una crisis global para que salte. Basta con un tuit desafortunado, un comentario de un directivo mal gestionado o una práctica poco ética que salga a la luz.

Cuando la imagen de tu empresa se ve dañada, el golpe puede ser demoledor. 

Pierdes clientes, pierdes oportunidades… y la confianza, una vez rota, no se reconstruye fácilmente, no.

Por eso este riesgo no se gestiona solo desde marketing o comunicación: también desde finanzas.

¿Qué pasa si una crisis de reputación afecta a las ventas y se desploman los ingresos durante dos trimestres?

¿Y si tus inversores se replantean seguir apostando por ti?

El análisis financiero del riesgo reputacional consiste en anticipar el impacto económico que podría tener una crisis de imagen... y tener fondos, planes y procesos para resistir si llega.

La cultura empresarial, la transparencia y la ética en la gestión también son parte de la ecuación.

El riesgo sistémico no lo causas tú, pero eres quien lo paga

Y lo peor es que muchas veces llega sin darte opción de reacción. 

De pronto, colapsa un banco importante, se corta una cadena global de suministros o estalla un conflicto geopolítico que lo pone todo patas arriba.

Aunque tu empresa esté saneada y tenga todo bajo control, si el sistema tiembla... tú vas detrás.

Este riesgo se manifiesta en forma de pánico en los mercados, fuga de capitales, crédito congelado o parálisis total del consumo. Y aunque no puedas evitarlo, sí puedes prepararte.

¿Cómo? Con liquidez, planes de contingencia y escenarios alternativos diseñados con tiempo.

¿Y si tu principal proveedor cierra de golpe?

¿Y si los bancos restringen créditos y necesitas financiación urgente?

Riesgo de inversión: cuando el futuro no devuelve lo prometido 

Este riesgo aparece cada vez que tu empresa decide a qué destinar su capital. 

¿En qué activo invertir? ¿A qué proyecto destinar fondos? ¿Vale la pena esa adquisición?

El problema es que el retorno nunca está garantizado. Puede haber un cambio en el mercado, una mala estimación del tiempo de recuperación o simplemente una mala elección.

El análisis de riesgos financieros te ayuda a equilibrar esa balanza riesgo/beneficio y evitar sustos.

¿Cómo de probable es que esa inversión salga mal? ¿Y cuánto perderías si pasa?

Con modelos de simulación o inteligencia artificial puedes tener una visión más realista del riesgo asociado a cada movimiento.

Consejos y estrategias para el análisis y gestión de riesgo financiero

Tras tanto posible drama, toca centrarnos en lo positivo: la gestión óptima de tanta posible desgracia.

Aquí van una serie de técnicas para reducir el riesgo financiero de tu empresa al mínimo de los mínimos:

  • Crea un mapa de riesgos y actualízalo cada trimestre: nada de informes de eternos que se guardan en un cajón. Visualiza los riesgos, clasifícalos por impacto y frecuencia, y revísalos regularmente para que no se te cuele ninguna amenaza por vieja que parezca.
  • Trabaja con escenarios realistas, no catastrofistas: plantea qué pasaría si cae un cliente, si suben los tipos de interés, si se retrasa una inversión importante… pero de forma realista, no apocalíptica.
  • Diversifica siempre que puedas: si todo tu negocio depende de un único proveedor, cliente o fuente de ingresos, el riesgo está servido. Distribuir los huevos en varias cestas sigue siendo una estrategia tan válida como necesaria.
  • Pon la tesorería a trabajar sin descanso: monitoriza tus entradas y salidas con herramientas financieras que den alertas reales, no sustos a fin de mes.
  • Automatiza los procesos que generan errores: cuanto más manual es un proceso, más posibilidades hay de que se cometan fallos. Gastos, pagos, facturación, reporting financiero… lo que puedas digitalizar, hazlo ya. Menos riesgo operativo, menos dolor de cabeza.
  • Consulta con legal antes de innovar: antes de lanzar algo nuevo al mercado o probar un modelo diferente, pasa por el filtro del equipo legal. Ahí también se esconden riesgos financieros que no se ven... hasta que llegan las multas.
  • Haz un stress testing anual con todos los departamentos: esto no es un asunto solo del CFO. Involucra al equipo comercial, legal, compras, contabilidad, recursos humanos... Que cada uno diga qué podría salir mal y cómo lo gestionarían.
  • Invierte en formación financiera interna: cuanto más entienda tu equipo cómo se genera y cómo se pierde el dinero, más fácil será que detecten riesgos a tiempo. La gestión del riesgo no es solo del área financiera: es parte de la cultura organizacional.
  • Utiliza tecnología: hay herramientas de análisis de riesgo, de previsión de gastos, de IA y visualizadores de datos en tiempo real. De todo, vamos.

Tanto, de hecho, que vamos a hacer un alto en esto de la tecnología financiera ante los diferentes tipos de riesgos financieros de una empresa.

La tecnología en el análisis de riesgos financieros, fundamental

El asunto impone, ¿eh? 

Pero nada, nada: la tecnología, que tanto te ayuda en el análisis de los riesgos financieros de la empresa, también está contigo para mitigarlos, como hemos visto.

Vamos a destacar algunos de sus brazos.

El tiempo real te ayuda ante la incertidumbre y a disminuir el riesgo financiero

En esto de la evaluación y análisis de riesgos financiero, contar con información en tiempo real supondrá un recurso fantástico para ti.

¿Cómo se mitiga mejor un riesgo financiero, esperando a final de mes a obtener las notas de gasto de tu equipo o con tantos informes de gastos en tiempo real como quieras en cuanto los solicites?

Y si se trata de rectificar tras un control presupuestario a mitad de ejercicio porque las previsiones no se están cumpliendo, mejor conocer los indicadores financieros de ese instante y no sus valores de hace un par de semanas, ¿no?

Pues eso: para mitigar riesgos financieros tomando decisiones bien informadas, los datos en tiempo real te irán fenomenal.

También la automatización

Con las herramientas de automatización reduces la intervención humana y, con ella, sus errores asociados.

Errores que pueden derivar en algo peor, como que falle la cadena de suministro y se pare la producción o que haya un error contable que te haga perder IVA deducible.

Automatizando todos los procesos que puedas no solo minimizarás los errores humanos, sino que tanto tu equipo como tú contaréis con más tiempo para otras labores.

En tu caso, por ejemplo, para el análisis de los riesgos financieros, planteamiento de escenarios y planes de contingencia en caso de que las amenazas se hagan realidad.

Por ejemplo, ¿eh? 

Como estamos hablando de análisis y gestión de riesgo financiero venía al caso, pero tu labor abarca muchas más cosas... y el tiempo extra que te regale la automatización puedes dedicarlo a lo que quieras.

¿Y qué automatizas?

La generación de informes de riesgos financieros, la contabilidad de los gastos de tu equipo, la actualización de los escenarios planteados... sin duda, hay todo un mundo de posibilidades.

Aprendizaje automático, IA y blockchain

Este trío de marcado carácter tecnológico también tiene su aquel en esto de los riesgos y rendimiento financiero.

Con el aprendizaje automático y la inteligencia artificial, por ejemplo, puedes detectar intentos de fraude evaluando comportamientos sospechosos y reducir el riesgo digital.

También te permiten pronosticar riesgos financieros futuros analizando datos o hacer evaluaciones automáticas a clientes que te hayan pedido un crédito, para analizar su riesgo financiero crediticio.

Bien, ¿no?

La tecnología blockchain, por otro lado, mitiga el riesgo digital al eliminar los intermediarios, previene el fraude financiero por la naturaleza de su tecnología y añade transparencia a las operaciones, lo que puede aumentar la confianza de los inversores.

¿Tecnología sí o no? 

Pleo, tu aliado tecnológico en esto del análisis de riesgos financieros

Pues sí: a la vista está que lo que necesitas es tecnología para analizar y evaluar riesgos financieros, así como para mitigarlos.

Y si es fácil de implementar y utilizar, pues casi mejor.

Pero si encima es algo que pueda usar todo tu equipo y que a su vez minimice los errores humanos desde la automatización, pues apaga y vámonos.

Y ojo, ojo, que si encima cuenta con protocolos de seguridad para mitigar el riesgo digital... tela marinera.

La guinda del pastel podría ser que, además de todo eso, también genere informes en tiempo real de los gastos de la empresa, el más peligroso de los factores de riesgo financiero.

Bueno, pues... habemus pastel 🎂

¿Análisis de riesgos financieros, evaluación y medidas preventivas que ayuden a mitigarlos? 

Prueba la gestión de gastos con Pleo et voilà 😎

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